| Descripción |
Paisaje marino con un cúmulo de rocas y restos de antiguas embarcaciones que, a la derecha de la composición, ocultan un barco de vela. A la izquierda, una barca al pie de las rocas y detrás, cuatro personas conversan en la playa. En las aguas calmadas del mar se distingue una embarcación con varias personas remando y, más alejados, varios barcos de vela navegando dispersos bajo un cielo de nubes atravesado por tres gaviotas. Al fondo, una colina asciende por la izquierda hasta convertirse en un acantilado que se adentra en el mar.
La firma que consta en el ángulo inferior izquierdo corresponde al artista francés Henri-Léon-Charles-Pharamond-Pierre Blanchard (1805-1873), conocido por sus contemporáneos como "Pharamond Blanchard". Destacó como pintor, acuarelista y sobre todo como litógrafo e ilustrador, siendo especialmente conocido por su participación en la obra del barón Taylor "Voyage pittoresque en Espagne, au Portugal et sur la côte d´Afrique", así como por sus escenas taurinas, conservando el Museo del Romanticismo varias estampas de la serie "Corridas de toros". Pero su vinculación con España comienza mucho antes, en 1825, cuando José de Madrazo le contrata como miembro del equipo que debía colaborar en el Real Establecimiento Litográfico para la Colección de Vistas de los Reales Sitios. Para esta serie realizó tan sólo ocho láminas que se incluyeron en el primer volumen, de 1826. Con posterioridad, permaneció como artista independiente en España al menos hasta 1837, realizando retratos (como los de los infantes Francisco de Paula y Luisa Carlota) y escenas costumbristas, sobre todo a mediados de la década de 1830, con escenas taurinas y de bandoleros y contrabandistas. Ejemplo de ello es la obra "Corrida de toros en un pueblo de España", que presentó en 1834 en el Salón de París. De ese año es precisamente esta marina que, a juzgar por la inscripción de la mano del propio artista, la dibujó en Madrid, lo que evidencia que no la hizo del natural sino acaso recordando algún paisaje visualizado en alguno de sus viajes. Durante los tres años siguientes ayudó al barón Taylor adquiriendo cuadros para la Galería Española de Luis Felipe. El Museo del Romanticismo conserva otro dibujo de esa época (inv. CE6977), concretamente de 1836 y, como el que nos ocupa, es un paisaje, en este caso fluvial, temática que, como ha quedado expuesto, se aleja de la que habitualmente se identifica con su obra. Ambos dibujos presentan ciertas similitudes. Los trazos a tinta con los que ha realizado el tronco que cruza el río en el paisaje fluvial responden a un estilo que guarda un extraordinario parecido con la composición de rocas y restos que ocupa el ángulo inferior derecho de esta marina. También recurre a la distinta intensidad de la tinta para crear el efecto de perspectiva en los dos casos. En esta marina, el negro del primer plano contrasta con la aguada sepia del cielo, del mar, del acantilado del fondo o de los barcos que navegan a lo lejos y que se reflejan tenuemente en el agua.
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